Tomate un instante para recordar esos momentos en los que sale El Sol, en que su calidez te toca la piel, cuando todo brilla y sentís que la vida es plena, abundante, maravillosa. Esta carta de tarot nos conecta con esa sensación de estar vivxs, con el corazón latiendo en el pecho y con ganas de celebrar.
Este canto a la vida nos genera exuberancia y alegría, un disfrute sencillo e inmenso a la vez, que nos emociona y nos da ganas de bailar en libertad. Nos sentimos vitales porque estamos conectados con nosotros mismos y con la energía de amor en su más plena expresión.
A la luz del sol todo es claro, diáfano, transparente. Las cosas se definen, sabemos quienes somos, irradiamos como el sol. Como si fuéramos hijos de Apolo, el Dios Solar, volvemos a ser como niños inocentes, frescos, abiertos, jubilosos. Hemos dejado atrás nuestros miedos más antiguos y nos sentimos parte del mundo, optimistas, lúcidos y abiertos al encuentro.
Este es el triunfo del corazón, el gozo de la creación, la fuerza amorosa del chakra cardíaco que nos expande. Nos sentimos genuinos, auténticos, espontáneos, y podemos expresarnos sinceramente, mostrarnos sin reparos ni desconfianza. La alegría es contagiosa y podemos disfrutar.
Aunque el viaje no se ha terminado, aquí el “yo” conversa con el “ser” (o sí-mismo) como nunca antes. Entonces podemos cultivar la capacidad para vivir desde el corazón.